Aceite de Oliva.

El aceite de oliva se obtiene del prensado del aceite de una aceituna entera. Es rico en ácidos grasos monoinsaturados -grasas saludables que aportan diversos beneficios para la salud y la cosmética- y también contiene antioxidantes beneficiosos para la piel.

Los aceites vegetales se han utilizado con fines médicos y cosméticos porque tienen multitud de beneficios. Dependiendo de la composición del aceite vegetal, algunos aceites funcionan mejor que otros en problemas específicos.

El aceite de oliva es uno de esos aceites vegetales de alto rendimiento y es alabado por sus propiedades emolientes e hidratantes. Este aceite milagroso se puede encontrar en todo tipo de productos, desde sueros a limpiadores faciales, pero también está disponible en su forma pura con humectantes añadidos para que sea adecuado para el cuidado de la piel.

Tenga en cuenta que el aceite de oliva puede estropearse con el calor excesivo, la luz o el oxígeno; lo mejor es guardarlo en un lugar fresco y con la tapa bien cerrada.

Los principales componentes químicos del aceite de oliva son: Ácido Oleico, Ácido Linoleico, Ácido Palmítico, Ácido Esteárico, Ácido Linolénico, Polifenoles, Vitamina E, Carotenoides y Escualeno.

El aceite de oliva se puede encontrar en muchos productos para el cuidado de la piel, concretamente en sérums y aceites faciales. Al ser un emoliente con propiedades oclusivas, el aceite de oliva funciona mejor cuando la piel absorbe el máximo de humedad, lo que suele ocurrir en el último paso de la rutina (durante el día, justo antes del protector solar). Puedes usarlo antes o mezclarlo con tu crema hidratante. Y como ocurre con todas las cremas hidratantes, el mejor momento para aplicar el aceite de oliva es cuando la piel aún está ligeramente húmeda tras la ducha o el baño.

Según la mitología griega, la diosa Atenea ofreció a Grecia el regalo del Olivo, que los griegos prefirieron a la ofrenda de Poseidón, que era un manantial de agua salada que brotaba de un acantilado. Creyendo que el Aceite de Oliva era esencial, empezaron a utilizarlo en sus prácticas religiosas, así como con fines culinarios, cosméticos, farmacéuticos y de iluminación. El aceite de oliva y el olivo se mencionan popularmente en las escrituras religiosas y suelen simbolizar las bendiciones divinas, la paz y el ofrecimiento de disculpas, de ahí la expresión «extender una rama de olivo» como forma de transmitir el deseo de una tregua. Este símbolo intercultural también representa la belleza, la fuerza y la prosperidad.

Con una longevidad de hasta 400 años, el olivo ha sido venerado en la región mediterránea durante siglos. Aunque no está claro su origen, existe la creencia de que su cultivo comenzó en Creta y otras islas griegas alrededor del año 5000 a.C.; sin embargo, el consenso general es que se originó en Oriente Próximo y, con la ayuda de las civilizaciones egipcia, fenicia, griega y romana, su crecimiento se extendió hacia el oeste, hacia el mar Mediterráneo.

En los siglos XV y XVI, los olivos fueron introducidos en Occidente por exploradores españoles y portugueses. A finales del siglo XVIII, los misioneros franciscanos establecieron olivares en California; sin embargo, los países que rodean el mar Mediterráneo, con sus climas suaves y suelos ideales, siguen siendo las mejores zonas para cultivar olivos. Entre los principales productores de aceite de oliva fuera del Mediterráneo se encuentran Argentina, Chile, el suroeste de EE.UU., Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.

Denominado «oro líquido» por el poeta griego Homero, el aceite de oliva era tan respetado que la tala de olivos se castigaba con la muerte, según las leyes griegas de Solón de los siglos VI y VII a.C. Al ser muy apreciados, los olivares del rey David y sus almacenes de aceite de oliva estaban vigilados las 24 horas del día. A medida que el Imperio Romano se expandía por la región mediterránea, el aceite de oliva se convirtió en un importante artículo de comercio, lo que llevó al mundo antiguo a experimentar un progreso sin precedentes en el comercio. Según los relatos históricos de Plinio el Viejo, en el siglo I d.C. Italia tenía «excelente Aceite de Oliva a precios razonables – el mejor del Mediterráneo».

Los romanos utilizaban el aceite de oliva como hidratante corporal después del baño y lo regalaban en las celebraciones. Desarrollaron el método de extracción del aceite de oliva con prensa de tornillo, que sigue utilizándose en algunas partes del mundo. Tanto los espartanos como otros griegos se hidrataban con Aceite de Oliva en los gimnasios, para acentuar las formas musculosas de sus cuerpos. Los atletas griegos también recibían masajes en los que se utilizaba Aceite de Oliva, ya que evitaba las lesiones deportivas, liberaba la tensión muscular y reducía la acumulación de ácido láctico. Los egipcios lo utilizaban como agente antibacteriano, limpiador e hidratante de la piel.

Se cree que la importante contribución del olivo queda patente en su nombre griego, que se cree tomado de la palabra semítico-fenicia «el’yon», que significa «superior». Este era un término utilizado en las redes comerciales, muy probablemente al comparar el Aceite de Oliva con otras grasas vegetales o animales disponibles en la época.

El aceite de oliva está repleto de beneficios para la piel, desde hidratar las zonas secas hasta disolver el maquillaje más resistente.

Evita la pérdida de agua: El principal beneficio del aceite de oliva es hidratar la piel reduciendo la pérdida de agua. Esta hidratación aumenta el contenido de agua de la piel, mejorando su salud y aspecto.

Protege de los daños medioambientales: Las propiedades antioxidantes del aceite de oliva protegen las células de la piel contra los daños medioambientales y la inflamación.

Esto significa protección contra el envejecimiento prematuro, así como contra los signos de irritación o enrojecimiento.

Previene el envejecimiento prematuro: El aceite de oliva es rico en vitaminas A, D, K y E, así como en escualeno. Estos pueden ayudar con la disminución del estrés oxidativo en la piel (que podría conducir a un envejecimiento acelerado de la piel).

Levanta el maquillaje: El aceite de oliva es estupendo para disolver sustancias cerosas como la máscara de pestañas y el delineador de ojos resistentes al agua. Con los beneficios añadidos de los antioxidantes y el escualeno hidratante, hidrata la delicada piel de la zona de los ojos, además de nutrir las pestañas del mismo modo que el acondicionador actúa sobre el cabello. Aunque el aceite de oliva puede levantar y desplazar los residuos oleosolubles (como el maquillaje y el sebo) por la piel, no elimina necesariamente el maquillaje, y tanto el aceite de oliva como el maquillaje descompuesto deben eliminarse con un limpiador.

Cura las heridas: Los ingredientes antiinflamatorios del aceite de oliva pueden ayudar a cicatrizar las heridas. Los triterpenos, presentes en muchos aceites vegetales y en particular en el aceite de oliva, contribuyen a muchas reacciones biológicas como las necesarias para la cicatrización de heridas: migración celular, proliferación celular y depósito de colágeno. Mejoran la reparación de las heridas reduciendo el tiempo de cierre de las mismas.